miércoles, 11 de marzo de 2015

Balada para un loco

En 1921 nació, tal día como hoy, 11 de marzo, Astor Piazzolla. Indiscutiblemente uno de los mejores músicos del siglo XX. 

Stop. 
Me detengo.

Llegado a este momento tengo que confesarme. Tengo que agradecer pertener a Alatasca, porque a través de estas páginas diarias me permite conocer y re-conocer, descubrir y re-descubrir maravillas que nos rodean y de las que, en nuestras idas y venidas, no nos damos apenas cuenta.

¿Quién no sabe, por ejemplo, quién es Astor Piazzolla? ¿Quién no conoce Libertango, Oblivion o Adiós, Nonino? En algún momento de nuestra vida hemos escuchado una pieza suya. Seguro. Su bandoneón es inconfundible. En el facebook de Alatasca ya lo mencioné en otra ocasión. Yo solo recupero imágenes que vosotros ya tenéis en vuestra memoria.

Al buscar información que ofreceros, al bucear por páginas y vídeos que invitaros a visitar, me he encontrado con este documental que nos cuenta cómo y por qué Balada para un loco se convirtió en la canción que ha traspasado fronteras y años.

Una noche en La Bodeguita, en el cumpleaños de nuestra compañera Ruth, Juanma Lillo cantó esta canción. Fue un momento precioso, mágico, porque esta canción la llevamos todos en nuestra banda sonora vital. No, ese día no grabé todos los temas, este tampoco.

Portada del single publicado en España. 1977
Detenerme en la efeméride de hoy me ha permitido conocer la historia de la canción: Horacio Ferrer la terminó de escribir 2 días antes de estrenarla en el Festival de Buenos Aires de la Canción y la Danza en el Luna Park, el 16 de noviembre de 1969, y que, aunque la mayoría del público (dividido, por supuesto) decidió que era la ganadora, los "puristas" del tango no la quisieron aceptar, y falsearon las votaciones para que quedase segunda en la competición.
Al día siguiente, la ciudad de Buenos Aires se llenó de muñequitos con medio melón en la cabeza, y en una semana se vendieron 200.000 copias del single.

Toda una revolución musical. Y una historia de locos hermosa. ¿No os parece?  Pues de no escribir estas entradas, no la habría conocido. Así que gracias, de nuevo.

Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizón en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te digo...


Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...

No ves que va la luna rodando por Callao;

que un corso de astronautas y niños, con un vals,

me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!


Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...

Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;

y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...

el loco berretín que tengo para vos:


¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!

Cuando anochezca en tu porteña soledad,

por la ribera de tu sábana vendré

con un poema y un trombón

a desvelarte el corazón.


¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!

Como un acróbata demente saltaré,

sobre el abismo de tu escote hasta sentir

que enloquecí tu corazón de libertad...

¡Ya vas a ver!


Salgamos a volar, querida mía;

subite a mi ilusión super-sport,

y vamos a correr por las cornisas

¡con una golondrina en el motor!


De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",

los locos que inventaron el Amor;

y un ángel y un soldado y una niña

nos dan un valsecito bailador.


Nos sale a saludar la gente linda...

Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:

provoco campanarios con la risa,

y al fin, te miro, y canto a media voz:


Quereme así, piantao, piantao, piantao...

Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,

ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!

¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!


Quereme así, piantao, piantao, piantao...

Abrite los amores que vamos a intentar

la mágica locura total de revivir...

¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!


¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!

Loca ella y loco yo...

¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!

¡Loca ella y loco yo!






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