sábado, 19 de marzo de 2016

Día Mundial del Trabajo Social en Un rato con Núria

Conocemos el trabajo social a través de, sobre todo, noticias escabrosas o series y películas, y, normalmente, está ligado, en nuestro imaginario, a la caridad o a los servicios sociales (ésos que arrancan niños a sus padres por problemas socioeconómicos).

En esta tercera semana del mes de marzo, en que estamos celebrando el Día Mundial del Trabajo Social, hemos querido acercarnos a la realidad del trabajo social, conocer cuál es la labor de estos profesionales, así que hemos invitado a Clarisa Ramos, trabajadora social sobre todo, Doctora en Programas de bienestar social y desigualdades por la UA, y docente en la Universidad de Alicante, Aina Penyarroja, diplomada en Trabajo Social, que está preparando una tesis doctoral sobre Intervención con víctimas de violencia de género y terapia familiar, y Paloma Bather y Yaiza Lillo, estudiantes de primer curso en la UA.

Al hablar con ellas me ha llamado la atención, para empezar, la Ilusión, con mayúscula: en las más jóvenes, Yaiza y Paloma, la Ilusión por estar en ese principio en el que tienen tanto por descubrir todavía; en Aina, la Ilusión por esos primeros años de trabajo, y en Clarisa, la Ilusión por formar a los que se inician, por trabajar con personas, por su vocación ("si volviera a nacer, volvería a ser trabajadora social").

He descubierto un enorme campo de actuación. En palabras de Clarisa Ramos, se trata de "hacer coincidir principios éticos y de compromiso social con una profesión que nace con vocación, no de ayuda en el sentido de posicionamiento por encima de otro, sino de relación de ayuda". Y eso sitúa a los trabajadores sociales en todo tipo de ámbitos: violencia de género, acoso, personas con discapacidad, o en el ámbito de prisiones, refugiados, incluso cambio climático... La clave está en el "proceso", no en "empoderar" a nadie, ya que no hay varitas mágicas. Se trata, más allá de ayudar a una persona, conseguir intervenir para que descubra sus capacidades, y acompañarla en ese proceso de cambio que necesita para superar una situación determinada.

Clarisa Ramos, Aina Penyarroja,
Yaiza Lillo y Paloma Bather
Mis invitadas de esta noche nos regalan una reflexión, casi al final de nuestra conversación: la clave está en la interdependencia. Si un colectivo entra en crisis, toda la sociedad se ve afectada, y nos dan un ejemplo de la más estricta actualidad: "lo que afecta a los refugiados no es un problema de los refugiados, es un problema que nos atañe a todos y cada uno de los miembros de esta Europa". Se trata de "luchar por la dignidad de los pueblos", de "construir un mundo donde valga la pena luchar".

Os invito a escuchar un programa lleno de amor por el otro, de entrega, de compromiso, de respeto, de trabajo, de vocación... Os invito a celebrar el Día Mundial del Trabajo Social.




jueves, 17 de marzo de 2016

¿Dónde nos ponen el foco?

Cuando en una habitación oscura encendemos una bombilla, queda a la vista justo el punto donde su luz recaiga. Todo lo demás queda a oscuras, y no podemos saber qué hay más allá de la zona iluminada.

Supongamos que Europa es esa habitación oscura, y la bombilla, los focos de la prensa que se ha desplazado a puntos como Calais, en Francia, o Idomeni, en Grecia.

En Calais nos cuentan que hay entre 3.000 y 7.000 refugiados (había, porque entre 1.000 y 3.500 han sido desalojados a principio de este mes); en Idomeni, unos 15.000.
Según un informe de ACNUR del mes de diciembre, sólo en 2015 llegaron a Europa un millón de refugiados.

¿A ustedes les salen las cuentas? Quiero decir, estamos hablando de unas veinte mil personas; vamos a redondear, pongamos cincuenta, no: cien mil. Vamos a contar cien mil personas de las que en algún momento hemos sabido que están en tal o cual campo de refugiados, en tal o cual frontera, abandonados a su suerte.

Imagen: AP
¿Dónde están los otros novecientos mil? Miembros de RAFAR, hace unos meses, me contaron que había campos, en algunos países del este, que contaban con un vallado a treinta kilómetros a la redonda donde no se podía acceder. Me hablaron de centenares de personas que vagaban por Berlín (ellos mismos, la primera noche, atendieron a un niño y a una mujer embarazada con síntomas de hipotermia, nada más llegar). [Puedes volver a escuchar ese programa aquí]

Nos han puesto el foco en un punto concreto de la habitación oscura. ¿Qué está ocurriendo más allá de la luz? ¿En qué estado se encuentran ese millón de personas a los que, evidentemente, ningún gobernante quiere en nuestra habitación, en nuestra Europa?

domingo, 13 de marzo de 2016

Aquella época vivida en voz baja, en Un rato con Núria

Marzo es un mes clave en la historia de Alicante. En los últimos días de ese mes de 1939 se vieron las últimas imágenes de republicanos intentando huir de los nacionales, antes de aquel "en el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus últimos objetivos militares. LA GUERRA HA TERMINADO”, del primero de abril. Pocos años después, víctima de aquella guerra, enfermo y prisionero, moría en la cárcel de Alicante Miguel Hernández, el 28 de marzo de 1942.

He querido aprovechar estos aniversarios para hablar con Miguel Ángel Pérez Oca, miembro de la Comisión cívica para la recuperación de la Memoria Histórica, y con José Tevar Rubio, amigo y colaborador suyo.

De Miguel Ángel es, entre otros, un libro llamado 25 de Mayo: la tragedia olvidada, (Editorial Club Universitario, 2005) sobre el bombardeo que tuvo lugar el 25 de mayo de 1938 (para nada un error de cálculo de la aviación fascista, como se intentó inculcar en la población) sobre el Mercado Central de Alicante, en el que murieron más de 300 personas. Durante años, en el cuadro 12 del cementerio, donde está la fosa común de los fallecidos en aquella matanza, hubo una placa que rezaba "Fue un fatal accidente". Eso costó de eliminar de la (des)memoria colectiva, incluso cuando hace unos años se cambió el nombre de la plaza del mercado por Plaza del 25 de mayo. En estas épocas, ya lejos de aquella contienda y su posterior dictadura, la explicación del bombardeo por parte de la aviación "fascista" se intentó ocultar.

Alicante fue la última ciudad en caer, y, sin embargo, en lugar de sentir orgullo, el silencio en su población, que perdura a día de hoy, cayó sobre la memoria de todos. Tanto así que, hasta que se cumplieron los 70 años del fin de la guerra, se desconocía que un buque inglés, capitaneado por un auténtico héroe, el capitán Archibald Dickson, con capacidad para un centenar de personas, consiguió salvar de una muerte segura a cerca de 3.000, zarpando, por la noche, hacia Orán. En palabras de Miguel Ángel Pérez Oca, la del buque Stanbrook fue "la gesta más bonita de la guerra civil. Todos los héroes de la guerra mataban gente, en cambio, el capitán Dickson salvó muchas vidas". Fue un viaje de 22 horas, porque tuvo que burlar el bloqueo de los barcos de guerra franquistas que estaban en la bahía. Aparentemente tomó rumbo a Barcelona, y lo dejaron pasar, hasta que pudo virar y viajar, totalmente escorado por la excesiva ocupación, hacia Orán, en un viaje peligrosísimo. En el momento en que salía del puerto, cayó una bomba en el preciso punto donde estaba atracado. Eso hubiera supuesto una auténtica carnicería.

Muchos de los soldados republicanos que huyeron a Francia (¡ay, los refugiados, que ahora son "extranjeros que nos invaden", pero entonces eran españoles que huían!) se enrolaron en el ejército francés durante la II Guerra Mundial, y, de hecho, algunos de ellos fueron los que entraron, con la Nueve, en París, antes que los propios aliados, para su liberación, el 25 de agosto de 1944 (ved aquí un documental que describe los años de la "segunda" guerra de los que huyeron de España). Miguel Ángel Pérez Oca nos cuenta que se está preparando un homenaje, la primera semana de mayo, a aquellos combatientes. Será una serie de conferencias en la Seu de la UA, de la que os daremos información precisa cuando se acerque el momento.


Aquellos años de la dictadura franquista, más que una época en blanco y negro, fue una época en voz baja. Va siendo hora de elevar la voz y conocer nuestra propia historia.


Agradezco desde aquí la generosidad de Josi Alvarado, de Teatre la Clandestina, por permitirme leer el magnífico monólogo de la Loca, de su obra Fulanas (hablamos de ella con una de sus actrices, María Mira, hace unas semanas. Podéis recordar la entrevista aquí). Ese fragmento rememora el bombardeo del Mercado Central de manera magistral.


Los poemas que nos han acompañado hoy durante el programa fueron grabados por Carlos Soriano para la exposición "Tristes Guerras", que tuvo lugar en la Ca l'Arenas Centre d'Art, de Mataró (Barcelona), entre el 17 de diciembre de 2010 y el 3 de abril de 2011, como homenaje a Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento. El acompañamiento del poema "Carta" es de Albert Soriano, a la guitarra, y la grabación tuvo lugar en el estudio de Andrey Nitkin, de Sant Pol de Mar (Barcelona).











sábado, 5 de marzo de 2016

Un torbellino llamado Elsa Martínez en Un rato con Núria

El jueves entró en el estudio un auténtico torbellino, Elsa Martínez, una mujer "política", como se define ella, que vivió, desde muy joven y desde dentro, los últimos movimientos de UCD y CDS y los inicios del PP, partido en el que milita desde prácticamente su fundación.
A nuestra conversación se unió Amor Giner, acompañada de su marido, Cristóbal Muñoz, amigos suyos desde hace años, y testigos de algunos de los momentos cruciales en su vida.
Elsa Martínez nos desgranó no sólo su vida pública, sino también detalles de su vida personal. Nos dejó conocer a una mujer valiente, fuerte, trabajadora, luchadora, y también a una mujer con sus debilidades, fracasos, heridas.
Amor Giner, Cristóbal Muñoz y Elsa Martínez
Cambió su pasión por la arqueología por la entrada en el Ayuntamiento de Alicante, en 1991, a petición de su padre. Y, aunque no se arrepiente, nos sorprende en su presentación, "soy una arqueóloga frustrada", a pesar de haberse transformado en una mujer de gran éxito con su empresa, Año Cero Comunicación, que dirige desde su fundación, salvo durante su etapa como directora de Ciudad de la Luz. Nos cuenta que dejó tanto la empresa como sus colaboraciones en prensa en aras de la transparencia que se aplicó a sí misma.
Elsa Martínez no se calla, pero no sólo frente al micrófono, donde muestra sus tablas como comunicadora (dirige un programa en 12 TV, "En petit comité"), sino frente a las injusticias o aquello que considera que se hace mal, incluso dentro de su partido, y esa actitud le ha generado más de un disgusto.
Ha pasado miedo. Elsa se dejó enredar por un hombre que acabó en la cárcel por maltratarla, y ella, durante tiempo, no se atrevía ni a salir sola a la calle, "para que luego digan que no te puede pasar", nos dice. Y se lamenta de las leyes contra la Violencia de Género, que no son tan duras como deberían, o de las actitudes de compañeros suyos o incluso de amigos, que le han llegado a recriminar que cuente públicamente su situación, cuando lo hace precisamente por defenderse como mujer. "El 8 de marzo, para mí, será un gran día cuando no le encuentre sentido".
No sabe si volverá a la política activa. De momento está cómoda haciendo lo que le gusta. Pero si lo hace, lo hará como es: valiente, fuerte, trabajadora, luchadora, sin callarse.
El tiempo voló, literalmente, con este torbellino que es Elsa Martínez. Esperamos que vuelva a pasar por aquí.



jueves, 3 de marzo de 2016

8 de marzo

En pleno mes de marzo, ése en el que, por ser mujer y trabajadora (aunque sea en el paro) una debe sentirse feliz y contenta porque tiene su día en el calendario, en este mes de marzo, digo, las noticias parece que vienen a buscarnos a quienes intentamos estar informadas por todos los medios posibles.
Me he enterado, por casualidad, de que la Selección Española de Gimnasia Rítmica ha vuelto de la Copa del Mundo de Finlandia con tres medallas: bronce, plata y oro. ¿Saben por qué lo he sabido? No, no han acaparado titulares ni segundos en las noticias de las televisiones en el país; es que una de ellas es alicantina, y con un titular que hace referencia a su origen, un diario local las ha mencionado.

Rodaba por las redes otra noticia, también de modo local, y jolines, también de gimnasia rítmica: una joven de nuestra provincia quiere ir a la primera Olimpiada para personas con síndrome de Down, que tendrá lugar en Florencia este verano. Pero no tiene dinero, y busca patrocinadores. Es la primera vez que se celebra esta olimpiada, aunque en España se hacen certámenes nacionales habitualmente, y Sara, que tiene 19 años, ha ganado ocho oros consecutivos. ¿Ocho años campeona de España y tiene que mendigar para representarnos en una Olimpiada?

Seguro que hay quien piensa que con síndrome de Down no debería salir de su casa, y si lo hace, pues al parque, a pasearse. Y seguro que hay también quien opine que la gimnasia rítmica, al fin y al cabo, es un deporte minoritario, nada que ver con el fútbol.

¿Hablamos del fútbol, del basket, o del balonmano femeninos? ¿Seguro?

Parece que en este país hay algo aún peor que ser mujer: ser, por ejemplo, mujer deportista.

Disfruten del 8 de marzo.