domingo, 24 de mayo de 2015

Vértigo

¿Qué debió pensar Duke Ellington cuando fue investido Doctor Honoris Causa en Howard (1963) y en Yale (1967)?

¿Cómo debe ser la vida de un hombre de raza negra que, antes de ser reconocido mundialmente, tocaba el piano en el Cotton Club (ya sabemos en qué condiciones se hacía)?

Hay hombres y mujeres que, como los gatos, no han vivido una, sino varias vidas entre su nacimiento y su muerte, y Duke Ellington debió ser uno de ellos.

A veces pienso en los abuelos que han pasado de conocer el mundo a través del cura del pueblo a tener un smartphone que les mantiene en contacto con la familia que viva lejos. Pero el caso de un hombre nacido en 1899 en la escala más baja de la existencia por ser negro que muere con los máximos reconocimientos en su haber debe provocar, por lo menos, vértigo.

El 24 de mayo de 1974 murió uno de los más grandes músicos que nos ha dejado el Jazz.

Según su biógrafo, Derek Jewell, pudo llegar a escribir unas 2000 piezas musicales durante toda su vida, si bien las que creó en trozos de papel luego perdidos son incontables, pudiéndose elevar la estimación total de obras compuestas incluso hasta 5000 piezas.

Os dejo con Money Jungle, para empezar el domingo con el mejor ánimo.


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