jueves, 7 de mayo de 2015

Todas las edades de mi vida

Un día, cuando comenzaba a escuchar que había gente que hablaba diferente -algo llamado catalán- fuimos a casa de los tíos Monse y Rafa. Tenían discos hasta decir basta, y me encantaba sentarme delante de las estanterías y pasarlos de uno en uno. Además, me permitían ponerlos en el tocadiscos con cuidado, y, con unos auriculares gigantescos, pasaba las horas entretenida. Aquel día, digo, descubrí uno concreto, que debía hablar de campanas y tal vez de muertos. “Campanades a morts” se llamaba. Menos mal que tenía las letras traducidas al castellano, porque, aunque debo reconocer que no comprendí nada (¡ni en castellano!), por lo menos podía empezar a reconocer algunas palabras. Efectivamente, hablaba de campanadas a unos muertos, que parecían ser chicos jóvenes. Esas cosas tétricas o morbosas que acaban llamando la atención de una criatura de ocho o nueve años… En la cara B, entre todas las canciones, “A la taverna del mar” me llamó la atención, porque la letra en catalán decía “seny” y la letra en castellano decía… “seny”. Y aclaraba algo así como que es una palabra catalana que no se puede traducir al castellano, y que hace referencia a tener buen juicio. El por qué no lo ponían tal cual fue un misterio para mi…
Ese disco lo busqué durante otras visitas, para escucharlo una y otra vez. Conseguí que una amiga me lo prestara, años después, y me hice una copia de aquellas en cassette. Las letras me las copié a mano en una de las libretas del colegio.

Tiempo después, en la librería de mis tíos apareció otro disco… Lluís Llach, supe, era alguien muy importante. Una canción sobresalió indiscutiblemente por encima de las demás:  “Dibuix”. Una absoluta maravilla, porque, aunque ya entendía el catalán, el idioma pasó totalmente a un segundo plano: la voz era un instrumento más en la canción, un dibujo...


Fueron pasando los años y los discos. Y otra canción, ya en plena adolescencia, me colmó absolutamente. Te quiero, decía una y otra vez, con una voz preciosa… “Amor particular”, se llamaba. Pero entonces vino cuando se decía que era… (en voz bajita, ¿eh?)… de la otra acera (¡!!) ¡Pero si estaba enamorado de “Laura”, que le había dedicado una maravilla hacía años! Pero claro, ya en aquel primer disco cantaba “Cançó d’amor” y la letra había que entenderla y comprenderla… 
(Hago un inciso para explicaros que el vídeo que he elegido para ilustrar Laura fue una sorpresa fuera de repertorio que le hizo él cuando ella, compañera durante muchos años, dejaba la formación. Delante de los 100.000 espectadores en el Camp Nou, se emocionó y no pudo continuar tocando. Os recomiendo, si os ha gustado como espero, que la escuchéis en el disco: ¡no tocaba, sino que hacía magia con la guitarra!)

La adolescencia ya me había atrapado, y recuperé los discos que no había escuchado, y me acompañaron “Que tinguem sort” o “Viatge a Ítaca”, y aprendí que la vida hay que vivirla, y aprenderla sin aprehenderla, sin pretender nada más que aprovechar cada segundo. Y descubrí que Catalunya era, además de una región, un “País petit” por el que la gente luchaba, y llevaba banderas a los conciertos… y cantaban “L’estaca”, que, aunque él decidió dejar de hacerlo cuando creyó que la situación ya era otra, el público no dejaba de pedirla, como un auténtico himno. 
(Otro inciso: verme cantando L'Estaca en Alicante, en las manifestaciones del siglo XXI me provoca escalofríos).

Si tengo una voz asociada a todas las edades de mi vida (Serrat aparte) es Lluís Llach. Y tuve la suerte de que viniera a Alicante en sus conciertos de despedida, y pudimos ir la familia al completo, e incluso entrar a saludarlo después del concierto…

Felicitats, Lluís Llach, en el teu seixantasetè aniversari. Que la teva veu em segueixi acompanyant per molts anys, i que, tot i retirat de la primera línia, no marxis del tot: encara et necessitem… Ja m’està bé una petita col.laboració com la de l’Estrella Morente a TV3, cantant “Vida”, si vols.


(Tal vez el relato no sea el más exacto del mundo, pero los recuerdos de sensaciones ya sabéis cómo van...)

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