viernes, 17 de abril de 2015

Vivir para leerlas

Tantas veces había corrido la falsa noticia de su muerte que, cuando la anunciaron de verdad, dudamos de su veracidad... El 17 de abril del año pasado nos dejaba Gabo, Gabriel García Márquez, el que nos hizo soñar con su realismo mágico.

Recuerdo que en los Institutos era de lectura obligatoria. ¡Cuánto tiempo ha pasado ya! Veo a mis hijas leer cualquier cosa menos los grandes. Ellas mismas se quejan del tipo de libros que les hacen leer, y no por largos, o complejos, sino por todo lo contrario. "Yo, mi cuerpo adolescente y mi mundo" era la frase que ayer mismo utilizaba la mayor para describir y criticar las lecturas del año pasado, en primero de Bachillerato (letras puras, por cierto).

Nosotros empezamos pronto a leer Crónica de una muerte anunciada, como iniciación a la literatura "de culebrón", decíamos, muertos de risa, cuando nos veíamos haciendo esquemas para no perdernos entre las sagas familiares de Cien años de soledad, que, a pesar de las guasas, se convirtió en libro de cabecera de más de uno...

Y nuestras sesiones de cine, más tarde, incluyeron aquellas películas basadas en la obra de García Márquez, aunque fuera para criticarlas después. No sé si fue parte de la imaginería popular, pero entendí que él mismo, como hizo también Antonio Gala, puso coto a las versiones cinematográficas, y se decía que se cuidaba mucho de posibles malas versiones.

Me apasionaron sus historias, y me aficioné a buscar su obra, un libro tras otro, fascinada por la capacidad de escribir cuentos a partir de historias que aparecían en novelas anteriores. Creo que es el autor del que más libros tengo (algunos por duplicado, al unir mi biblioteca con la de mi compañero, pero somos incapaces de quitarnos ninguna: cada libro tiene su historia, ya sabéis). Y desde luego, sus novelas son las que más he releído. Es lo que tiene el realismo mágico, que no lo lees igual cuando tienes 15 años que cuando ya has cumplido los 25...

Normalmente, cuando hablo de otros autores, os remito a alguna página especializada para conocer su vida y obra. Esta vez os recomendaré, simplemente, leer Vivir para contarla. No sé bien hasta qué punto es real o hasta dónde es otro truco de su magia... pero volvió a sorprenderme, y eso me sobra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario