lunes, 13 de abril de 2015

Pegado al corazón...

Cuando me quedé embarazada de mi primera hija me dí cuenta de que, o no había tenido mucha relación con niños pequeños, o había perdido esas raíces que incluían cuentos y canciones infantiles en nuestra vida diaria...

El caso es que no me sabía ninguna nana para cantarle al bichillo que llevaba dentro. Mi padre me decía que eso de ponerle Mozart a los bebés durante el embarazo está bien si a la madre le gusta Mozart, es decir, que lo importante es transmitirles esa tranquilidad y cariño que se pretende. Así pues, me reinventé, y busqué entre las canciones de mi vida (básicamente porque Mozart no tiene letras que cantar) y claro, me encontré con Paco Ibáñez, ese cantautor al que había podido conocer en persona y con el que me crucé hasta cuatro veces hasta aquel momento. Y sus canciones de "El lobito bueno" y "Palabras para Julia", de José Agustín Goytisolo, me venían al pelo.

De ese modo, empecé a cantarle esas canciones a mi bebita cuando nació, y sé que le encantaban, porque conseguía el efecto deseado siempre...

Durante mi segundo embarazo, al año de nacer la mayor, continué cantando aquellas "nanas", y cuál fue mi sorpresa cuando me dí cuenta de que, al poco de nacer, Altea reconocía esas canciones que le cantaba a Yaiza para dormirla. Goytisolo e Ibáñez ya no formaban parte de mi banda sonora, sino que se convirtieron en la de mis hijas también.

Hace un año tuvimos la oportunidad de ir juntas a ver al cantantautor, y escucharlas susurrar (en los conciertos de Paco Ibáñez la gente no canta, sino que susurra, para no perder detalle de su ya débil voz) las canciones de su/nuestra vida fue uno de los mejores momentos que he vivido.

Tal día como hoy nació José Agustín Goytisolo, el 13 de abril de 1928. Cuando murió yo estaba embarazada de la pequeña, y recuerdo el momento exacto en que conocí la noticia.

Trianarts cuida siempre de nuestros autores. Os remito a su página para leer algunas de sus obras.

El lobito bueno

Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Imagen: trianarts.com

Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.

Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.


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