A todos nos ha ocurrido que, al llegar al súper y pretender coger un carrito, nos encontremos con que nos ha desaparecido esa moneda que pensábamos que estaba ahí. Y todos tenemos asumido que uno de nuestros hijos, o nuestra pareja, hayan buscado en nuestro bolso porque les faltaba para algo.
Imagen: Getty |
Pero cuando se pierde el rastro de diez mil niños -¡DIEZ MIL, señoras y señores!- no podemos hablar de desaparición. Porque no hay un ser invisible de la lavadora, no es la moneda que faltaba para el almuerzo: alguien ha robado, secuestrado, retenido ilegalmente a 10.000 niños.
Lo voy a repetir, por si no ha quedado claro: en Europa, en nuestra civilizada, mayoritariamente cristiana, avanzada, vieja Europa, hay gente robando, secuestrando, reteniendo ilegalmente a 10.000 niños.
¿Hay alguien ahí buscándolos?
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